Rufus Wainwright – Want One
Rufus Wainwright – USA
Want one - 2003
El espacio gira, y yo reposando desde ayer en mi cama, veo tv, chateo, y escucho música, mato el tiempo pero tampoco quiero que llegue el mañana. El sol está ahí, arriba y todos se van a la playa y yo estoy guardado en mi cuarto con mis discos que se ofrecen para ser tocados. No es tan malo de todas formas, esa compañía a veces resulta mejor que muchas otras. Pero ya quisiera poder salir a disfrutar de este verano, mi 29avo.
Mientras las cosas a mi alrededor vuelvan a tranquilizarse y paren de seguir esas orbitas difusas y momentáneas que sólo yo veo, aprovecho para tranquilizar mi mente, aquí en mi cuarto, lo estoy consiguiendo de momento, a veces las cosas llegan a uno y no se está preparado. Bien las reflexionas un poco y tratas de superarlas o bien te terminan de derrumbar el ánimo, depende de que tanto quieras afrontarlas pienso. Un disco apropiado para acompañar estas búsquedas personales es éste.
Con Want One, Rufus le confiere melancolía al aire, pero también optimismo, es la voz de un artista que no se queja, sino que grafica soluciones y eso personalmente me agrada. Luego de tu tropiezo personal, Want One ni te va a ayudar a levantarte ni te terminará de hundir, más bien, genera ánimos y motivaciones tan necesarios para el pensar. Por supuesto que esto es a título personal, pues indefectiblemente percibo esto en cada escucha.
Ahora bien todas las composiciones de este cantautor están acompañadas además, de una orquestación relativamente compleja para lo que es la música contemporánea. Lo cual le otorga aún más individualidad a Wainwright. Sin embargo el talento rezuma en el disco en el hecho de que raramente los arreglos se exceden, lo cual ciertamente provocaría hacer, a decir: coros almibarados y ampulosos, vientos dulzones o melodías directamente cursis. Por la trampa ciertamente se bordea pero no se llega a caer. Con esta regla respetada, las composiciones de Rufus tocan limpiamente techos a lo largo del disco, iniciando moderadamente ése éxito con la tripleta Oh what a world, I don’t know what it is, vicious world y alcanzando sus cimas en la tira Go or go ahead, vibrate, 14h street, Natasha.
Sólo con esto ya el disco demuestra en pocos minutos que Rufus es un músico a escuchar, que esta corriendo en caminos alternativos de la música actual. Recogiendo en la carrera, generosamente para las nuevas audiencias, el romance y complejidad como se hacía en décadas ya algo ocultas por el polvo de los años y sonidos sucesores en general menos complicados. Y es que si bien musicalmente es trabajado, el conjunto es de fácil escucha.
Hubo luego Want two, hasta ahora lo escuché poco, mientras tanto Want One ya es una recomendación de éste bloger. Y por qué no, una de mis más encarecidas dentro del universo que representa ésta década, la década en la que todos estamos tratando de volvernos realmente adultos.