10 octubre, 2010

U2 - estadio olímpico de Roma - 8 oct. 2010

Para una banda como U2, existen desde hace unos 15 años opiniones divididas. Realmente debería existir un contexto en el que se les pueda llamar grandiosos, pues los tipos desde tal ángulo imaginario (y no valido desde el punto de vista de la minoría critica) son los mejores.

Quiero decir, la faceta meliflua aparecida en los noventas, criticada por esta minoría mencionada (incluyéndome), pero explotada sin remordimiento por la banda, no sabemos si de puro fresco, o es que realmente les nace, es en su pobreza artística, grandiosa al mismo tiempo. La banda escribió en una buena época with or without you, luego hicieron one, y luego básicamente se dedico a hacer copias baratas de las mismas, bajo el pretexto dudoso de lo social y humanitario. El asunto es que en vivo, lo que la banda presenta es de tal calidad en conjunto, que son validos los elogios como las criticas, pero es mezquindad pura pensar que lo ganado en el rostro de los asistentes, es meramente proporcional a la pomposidad de la performance.

Interpol se pone de ejemplo. Gustándome lo que me gusta esta banda (si no iban ellos, yo no iba) dejo demostrado que nunca será una banda grandiosa. No supo tener el temple y personalidad que estoy seguro siempre tuvieron los irlandeses. Su actuación para mi pesar fue mediocre y débil, probablemente fueron devorados por aquel monstruo formado por la unión de las 60 mil personas y aquel gigantesco escenario circular, que mas parecía la edificación de los egos de Bono y The Edge. Es aquí, en esta faceta, que U2 siempre fue generosa, y eso vale mucho. Es que vas a decir lo mismo del escenario de The Wall para Pink Floyd?.

Luego del teloneo de Interpol, estaba molesto con la gente, con el horrible sonido que llegaba a la tribuna (por la que había pagado un dinero incomprensiblemente caro para lo lejos que estaba), y molesto con la banda también. Estaba listo para echarle la culpa a Bono, ya sabes, lo usual, lo fácil, lo obvio. Pero el inicio de Beautiful day , la perfección visual del escenario, la gran actitud de la banda, la puta guitarra de The Edge (ese inicio de where the streets have no name fue casi escalofriante) y el setlist pensado para gustar, todo eso fue imbatible. Claro, los momentos cansinos de los monólogos de Bono, con ese fondo melodramático infaltable; la pretenciosa unión Irlanda - Italia hecha con papeles entregados a las tribunas, o el publico mismo con esa sencillez desconcertante; son puntos que definitivamente desmerecen. Con todo y esto, fue un buen concierto, vamos, fue un excelente concierto.

De todas formas, si te quieres centrar en el discurso político y sentimentalón de la banda, y pretendes olvidarte de los inconfundibles riffs de sunday bloody sunday; o ni siquiera te excitan las líneas de bajo de new years day en vivo, o por ultimo piensas que In a little while es básicamente un caramelo de 10 céntimos, entonces lo mas probable es que tengas un problema personal con la banda. Lo que a mi me queda claro, es que 70 mil caras de satisfacción, es un trabajo que pocos consiguen tener y mantener durante el largo trayecto de 30 años.

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