10 mayo, 2008

DURO COMO UN LADRILLO


Siempre escuché de Jethro Tull un disco que lo tengo siempre presente, Aqualung. Pero el disco que motiva que vuelva a colgar un post es sencillamente una obra maestra. Se dice que el Thick as a Brick fue una especie de respuesta a los críticos del Aqualung que consideraron a este disco como conceptual y que no llenó las expectivas (increíble pero la historia de la música está llena de estas cosas, busquen si no, lo que se publicó en su momento acerca del Selling England by the Pound en Rolling Stones). Anderson al parecer lo tomó a mal y vaya que respondió con el disco conceptual por excelencia.

Este disco es también conocido como la "Madre de los Discos Conceptuales" y la razón uno la encuentra al final del disco. Parece salido de una leyenda que un disco se base unicamente en una canción cuya duración es de más de 40 minutos. Una sola canción hecha en 2 partes, cada una ocupando una cara del vinilo original. La tapa del disco imitando el periódico de una pequeña localidad e incluyendo folletines de ese diario, una cantidad de instrumentos que participan en él que se hace difícil enumerarlos todos (flauta, batería, bajo, teclados, xilófono, oboe, violines, sintetizadores, celos y un larguísimo etcétera), una composición hecha por un niño ficticio (Anderson al fin de cuentas), una letra que parece poesía acompañada por todos los instrumentos hacen de este un disco complejo, difícil en primera instancia (dadas sus características) pero bellísimo.

Este disco marca un hito, la valla más alta conocida por la música. Es difícil entender como el más conceptual de los discos, el menos comercial de los discos de Jethro los consagre en definitiva y llegue a ser número uno, además de estar fuertemente influido por el jazz y la música clásica. Anderson se pasea a sus anchas en todo el disco, pone un poco de esto y de lo otro, su flauta parece el más fundamental de los instrumentos creados, va agregando instrumentos uno a uno haciendo a veces que parezca imposible seguir una secuencia pero que bien lo logra. Si bien la flauta se escucha excelente, mejor aún se escucha su voz, cercana al trinar de los pájaros cuando usa sólo la guitarra acústica.
Y ni que decir de Martin Barre (guitarra eléctrica), John Evan (piano y teclados), Jeffrey Hammmond (bajo y coros) y Barriemore Barlow (batería y percusión), que completan Jethro Tull, quienes funcionan como una orquesta o una sinfónica al mando del gran Ian que hace de director de orquesta (en vez de usar la varita usa la flauta). En verdad, el disco se escucha como una sinfonía por varios pasajes (presten oído como se secuencian las guitarras eléctricas con las cuerdas clásicas) y por otros como un disco heavy con mucha fusión de folk europeo. El espectro de música que uno escucha es amplísimo.
Cosa curiosa, el disco fue también una parodia a los discos de Yes y Emerson, Lake & Palmer. Si alguna vez escucharon hablar del flautista de Hamelin pues aquí lo encontrarán reencarnado en Ian Anderson. Disfruten del disco (incluye la versión en vivo en el Madison Square Garden y el interior del disco original), les dejo el link.

1 comentarios:

Zimmerman 31 de mayo de 2008, 15:07  

uy, tengo este disco en una edición de vinilo que en realidad se abre como un periódico y tiene varias páginas enormes y se puede leer.

al margen de eso, es excelente y fácil mi disco favorito de jethro.

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