20 junio, 2009

Okkervil River – The stage names

 

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Okkervil River – USA

The stage names – 2007

 

Pienso que no estamos más en la época en que es común luchar por impresionar al otro con el sonido, los ochentas lo fueron. Por esos días configurar un componente Pioneer y unos eficientes parlantes triaxiales reproduciendo a los Dire Straits, Michael Jackson o Madonna era un pequeño acontecimiento de barrio, la gente se podía reunir al lado para curiosear y apreciar el sonido estrella. Era el auge del pop y del rock de fácil escucha, sin demasiadas capas encima, no quiero decir que era mejor, era simplemente más limpio. Sin embargo éste espectáculo sonoro fue cayendo poco a poco, sobre todo con la ensuciada en que se metió una buena parte de la música mainstream en los noventas, para luego entrar prácticamente al descuido auditivo total con el auge del sonido digital en formato comprimido.

Hemos terminado acostumbrándonos a eso, poco se vibra ahora con bajos demoledores, baterías secas, guitarras gruesas y platillos filudos; Por ejemplo sabemos que Animal Collective es una buena banda, referente de la época actual, pero realmente su sonido no se puede usar para mucho más que para oírlos de puro gusto, olvídate de pruebas de sonido, test de equipos y esas cosas. Haciendo memoria, lo último que me ha volado el cerebro con el sonido ha sido Lateralus (2001), Who Killed the Zutons (2004) y Amnesiac (2001), tendría que rebuscar forzadamente para encontrar más. No se trata tampoco de algo catastrófico, de hecho dudo que haya mucha gente que piense como yo, o que si quiera le de importancia, pero para mi la guerra por el volumen y la compresión de data son las peores cosas que le pueden haber pasado a la música a nivel auditivo. Y si me dices: "pero los sonidos ochenteros eran más básicos como para sonar mejor", pues ahí tienes el Doolittle y Daydream Nation como claros ejemplos de sonidos contundentes y no necesariamente limpios cuya masterización se lleva de encuentro a la mayoría de discos de los últimos 10 años.

Sin embargo este disco The stage names y supongo otros más que no habré escuchado, nos dicen que aún se trabaja cuidadosamente con sonido en algunas obras contemporáneas. Al oírlo es fácil percatarse de la claridad de llegada que poseen todos sus elementos, su sonido es sencillamente notable a pesar que tiene un formato rock adornado de muchos instrumentos secundarios.

Bien pero esta claro también que su contenido es lo que lo termina por convencer, pues estamos hablando de una obra que llegó el 2007 repleta de composiciones importantes, de mucha calidad de arreglos y de mejores ejecuciones e interpretaciones. Nueve canciones son pocas pero también lo hacen un disco eficiente, sin falla, imprescindible.

Mucho aporta la salivosa voz de Will Sheff, cuyo cantar como que invita al coro como que aterriza la intención de todos los instrumentos para con la canción. En la tripleta inicial es esforzada pero muy emocionante, y en la bonita savannah smiles absolutamente todo la atmósfera se relaja, lo mismo que en a girl in port en donde ya pagan tributo a los Stones sin dejar de ser Okkervil River. Notables estas.

La cadenciosa You Can't Hold The Hand Of A Rock And Roll Man invita simpáticamente al baile, y a la descarga de emociones; Title track recuerda algo a los sufrimientos de los personajes de Berlin y John Allyn Smith Sails finaliza la obra con una porción de esa perfecta e inmortal construcción coral de los Beach Boys llamada Sloop John B, todo esto como para no quejarse de nada y terminar la escucha con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

La portada es un arte retro bastante deficiente pero lo de adentro si que es valioso ¿Te hace falta algo así?

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